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En un giro alarmante para la comunidad LGTBI+, la capital española se encuentra ante un oscuro panorama con la derogación de la Ley LGTBI+ en Madrid, liderada por la presidenta Isabel Díaz Ayuso. Este retroceso contrasta fuertemente con el pasado glorioso de la ciudad, que una vez albergó el World Pride, convirtiéndose en un faro de la diversidad y la inclusión.
El movimiento conservador en Europa ha ido ganando terreno, y Madrid no es una excepción. La deriva hacia políticas de derecha amenaza los derechos y libertades conquistados por la comunidad LGTBI+ en años anteriores. La derogación de esta ley supone un revés en la senda hacia la igualdad y el respeto a la diversidad que Europa había forjado.
La Ley LGTBI+ de Madrid, ahora en peligro, fue una medida clave para proteger los derechos de las personas del colectivo. Entre sus puntos más relevantes se encontraba la prohibición de la discriminación por orientación sexual e identidad de género, así como la implementación de programas educativos inclusivos. La derogación tendría consecuencias nefastas, socavando los avances alcanzados en la lucha contra la discriminación y la exclusión.
En un intento de maquillar el retroceso, nos encontramos con un gesto desde el Vaticano: el Papa permitirá las bendiciones a parejas homosexuales y la inclusión de personas trans en la iglesia. Sin embargo, no podemos pasar por alto que esto solo sirve para enmascarar las estructuras rígidas y excluyentes de la Iglesia Católica. La comunidad LGTBI+ no busca ser bendecida, sino vivir libremente sin temor a la discriminación ni a la persecución.
Más allá de las apariencias, esta derogación revela la consolidación de una ideología conservadora que busca limitar las libertades individuales en aras de una supuesta "normalidad". Las personas LGTBI+ no son una amenaza para la sociedad, pero la intolerancia sí lo es. La diversidad enriquece a las comunidades y a las naciones, y Madrid debería ser un ejemplo de ello.
Además, resulta alarmante que la persona designada para liderar el Instituto de la Igualdad en este contexto sea abiertamente transfóbica, como han evidenciado sus tuits en Twitter. Esta elección va en contra de los principios fundamentales de igualdad y respeto que deberían regir cualquier institución dedicada a la protección de derechos.
Hacemos un llamado a la resistencia y la solidaridad en la lucha LGTBI+. No podemos permitir que se den pasos atrás en la conquista de derechos y libertades. La comunidad LGTBI+ merece vivir sin miedo a la discriminación, con el respaldo de leyes que garanticen su igualdad y dignidad. La historia de Madrid como una ciudad acogedora y abierta no debe eclipsarse por decisiones que atentan contra la diversidad y la inclusión.
En este momento crucial, es fundamental que todas las personas comprometidas con la justicia social y la igualdad se unan para resistir y construir un futuro donde la diversidad sea celebrada, no amenazada. La lucha LGTBI+ no es solo de la comunidad, sino de toda la sociedad que abraza los valores de la igualdad y la libertad.
